Melissa me miró desde toda su extendida estatura, con una mirada similar a la de Eva. Esas eran las cosas que Athena representaba para mí, ella lo era todo, ella era lo más importante que tenía y que me parta un rayo si de alguna forma la perdía. Tengo calor lloriqueó por último. De inmediato alcé la cara y la miré fijamente, joder, sus ojos estaban al borde de las lágrimas, sus mejillas sonrojadas poderosamente más veloz de lo que fui capaz me aparté de ella. Alejé el cobertor de su cuerpo y la miré preocupado.
Yo era inútil de elegir qué sentir. Si felicidad pues 2 de mis pequeños prosiguieran viviendo. O dolor y íra hacia mí misma pues uno más no lo había logrado. Estaba sola en el quirófano con dos niños vivos un niño muerto en mis brazos un Vincent ausente y una completa depresión que me consumía cada vez más por segundos. Allí mismo, no sabía si lograría alguna vez sobrepasar el dolor y vivir para mis 2 hijos. Era una pésima madre.
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No parecía mi Vincent. Lucia como un hombre atormentado. Sus brazos me envolvieron suavemente, con miedo a atemorizarme.
Detestaba ser tan hormonal. No escuché nada de lo que dijo la doctora. Dejé a Vincent responder a todo. Dejé que él recibiera la receta y escuchara todos los cuidados prenatales. De regreso a la vivienda, no hablé. Y podía ver en la mirada de Vincent ese temor otra vez tal y como si creyera que no quería mis bebés.
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Él se sentó en la mecedora junto a la mía, la que había mandado a traer en nuestra ausencia. Me estoy enamorando nuevamente de ti le digo. Habías dejado de quererme? Prácticamente grita. Niego la cabeza con una sonrisa. Me estoy enamorado MÁS de ti aclaro.
Melissa giró la visión y nos vio, enseguida llegó corriendo a gritarme. Athena reaccionó antes que lo supiese, se bajó de la camioneta y se aproximó a Melissa y le dio un puñetazo en la cara que la tiró al suelo. Sangre goteaba de su nariz rota. Esa me la debías ha dicho con facilidad y volvió a subirse a la camioneta con una sonrisa de triunfo, haciendo una mueca por su mano lastimada del golpe. Yo estaba estupefacto.
Preguntó Athena cuándo se encontraba por ofrecer la media noche. Acaricié su vientre sintiéndome en éxtasis por la hermosa barriga que tenía. Le di mi mejor mirada de perrito herido, no quería quedarme, quería regresar con ella y reposar teniéndola en mis brazos. Tengo que llevarlo a cabo, pero puedes adelantarte a la vivienda, yo en un rato más me iré respondí de manera rápida antes de arrepentirme y le di un pequeño beso. Sabía que debía estar muriendo de cansancio. Recientemente estaba muy cansada y eso me tenía subiéndome por las paredes.
Y es la verdad son tan hermosos que me siento terriblemente orgullosa de ser su madre. DIOS SANTO. Ahora los viste, Michael? Le pregunto con una enorme sonrisa cuando mí cavernícola se deja caer en el sillón, agotado de caminar por todos lados mientras me hablada de su encuentro con los gemelos. Michael se aproximó y observó las fotos detenidamente. Finalmente nos dio una enorme sonrisa.
Bueno, eso era exagerar, pero muy probablemente aumentaría excesivamente de peso si proseguía comiendo de este modo. Metiendo la mitad de hamburguesa al microondas me serví refresco de fresa en un vaso. Y allí se encontraba, en la pared, una mancha de salsa de pizza. Y en el suelo estaban los restos de pizza.
Me besa en la frente. Mi cavernícola amado. Cuándo no tienes apetito? Finalmente me levanto y lo dejo mientras prepararé un sándwich para cada uno. Preparo asimismo un plato de fruta, hey, finalmente debo comer sano.
Preguntó Michael dudando. Vamos, ahora prácticamente acaba Vincent y podemos regresar juntos dije. Casi estaba dormida cuando retornamos al hotel. Terminantemente le diría a Vincent que pidiéramos una habitación para dormir allí pues no aguantaría otro viaje de regreso.
Tres segundos de tranquilidad. 4 segundos de calma. Cinco segundos de tranquilidad. Seis segundos de tranquilidad. Segura que no deseas nada?